Hace más de 40 años, las Ediciones de la Revista Tareas
publico Canal propio vs Canal ajeno, de Carlos Bolivar Pedreschi.
El autor acaba de publicar la tercera edición con un prólogo de Mario Galindo
H. En su momento, 1973, el trabajo fue de inmensa importancia ya que
sintetizaba lo que Panamá tenía que poner sobre la mesa de negociaciones con
EEUU. Sigue siendo de enorme valor porque señala cuales son las tareas no
cumplidas a pesar de las cuatro décadas que han pasado.
En el libro, Pedreschi puntualiza con claridad que era lo
que el pueblo quería en torno al futuro de la posición geográfica privilegiada
de Panamá y del Canal de Panamá. Ya habían pasado 70 años de ocupación colonial
en la Zona del Canal, igual número de años de presencia militar con una
creciente militarización del istmo y un Canal ajeno que no respondía a las
necesidades de desarrollo nacional.
En primer lugar, Pedreschi señala que la antigua zona del
Canal tenía que desaparecer. En segundo lugar, todas las bases militares tenían
que ser evacuadas. Finalmente, el Canal tenía que pasar a ser administrado por
el gobierno panameño. En 1977, cuatro años después de la publicación del
trabajo, se cumplieron los tres objetivos en el Tratado del Canal
‘Torrijos-Carter’. ¿Era el abogado Pedreschi un clarividente? Evidentemente, no
era el caso. Sin embargo, analizó lo que quería el pueblo panameño y para lo
cual estaba dispuesto a luchar. Las jornadas nacionalistas de las décadas de
1940 y 1950 culminaron el 9 de enero de 1964 y desataron la crisis política de
1968 que precipitó el golpe militar. En 25 años – entre1943 y 1968 - Panamá se había transformado y Pedreschi lo
capta en su libro.
Pedreschi no lo expresó en forma explícita, pero está
presente en el libro, la lucha sin descanso entre dos clases que se enfrentaban
(y siguen enfrentadas) por la hegemonía en el país. Planteó que “subyacen en el
subsuelo mismo de las negociaciones… lo que podríamos llamar el criterio
histórico y el criterio práctico”. Es decir, por un lado, una clase social con
una visión de país, con un “criterio histórico” que es el producto de largas
luchas desarrolladas a lo largo de por lo menos dos siglos y medio. Por el
otro, una clase social con intereses de muy corto plazo, basados en un
“criterio práctico”.
Pedreschi supo distinguir, por un lado, “los objetivos
históricos de la nación panameña… la aspiración final y escencial” de los
panameños”. Por el otro, “lo que podemos conseguir de modo inmediato (de
EEUU)”. Es decir, “conseguir lo que EEUU buenamente quiera reconocerle a
Panamá”.
Hacer esta distinción clasista no se refiere únicamente a la
cuestión del Canal de Panamá. Según Pedreschi, estas diferencias “han estado
presente también dentro de nuestra política interna”. En el escrito de 1973,
meses después de reiniciadas las negociaciones entre el gobierno militar de
Torrijos y la Casa Blanca de Richard Nixon, Pedreschi deja muy clara cuál debe
ser la posición de Panamá. Insiste en que el Canal debe ser panameño, que las
bases militares deben evacuarse y la llamada ‘Zona’ debe desaparecer.
En 1973 Pedreschi veía unas largas negociaciones entre
Panamá y EEUU. La razón era sencilla: EEUU es un país colonialista y no tenía
la menor intención de abandonar sus conquistas territoriales en el corazón de
Panamá. El autor sostuvo – correctamente – que Panamá no debería firmar tratado
alguno que conservara el status quo o, peor aún, que hiciera más concesiones
(como el nefasto ‘Tratado 3 en 1’ de 1967 que impulsó la clase con ‘criterio
práctico’).
En el libro que se edita por tercera vez, no aparece la
historia de los últimos cuatro años de negociaciones en torno al Canal de
Panamá. Pedreschi plantea los objetivos y pronostica un largo proceso de
negociación. ¿Qué permitió que las negociaciones incluyeran todo lo que estaba
en la agenda de Pedreschi y que se acortara el tiempo? Hay dos elementos – en
mi opinión – que lo explican. Por un lado, la guerra de Vietnam y la campaña
electoral de Jimmy Carter (1976) que prometió recortes en los gastos militares. Por el
otro, a las negociaciones se sumó la presión de las clases con un proyecto
nacional. La ‘ventana’ de oportunidad en Washington y la movilización popular en Panamá le permitió a Torrijos navegar hasta alcanzar el Tratado que proponían quienes
tenían un ‘criterio histórico’.
22 de septiembre de 2016.
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