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Thursday, August 25, 2016

La corrupción sin control genera más corrupción

En poco más de dos años, el gobierno panameño actual ha logrado desilusionar a sus seguidores y a todos aquellos que sin haber votado por sus candidatos tenían algo de esperanza que iba a actuar de una manera más responsable que las administraciones anteriores.  No ha sido el caso.
La corrupción está al orden del día en los ministerios y en las demás instituciones gubernamentales.  Todos los días hay nuevos escándalos que para el común de la gente se hace difícil darles seguimiento.  En materia de Salud, Seguridad Social, Educación y Vivienda, los sectores sociales más sensibles, las partidas de miles de millones de dólares se esfuman sin que se vea su efecto sobre los programas. El ministro de Salud renunció. La ministra de Educación se quiere ir. El ministro de Vivienda, un empresario, se siente muy satisfecho con sus programas que generan enormes ganancias (y pocas soluciones de vivienda).
Igualmente, en los sectores productivos - como Desarrollo Agropecuario, Comercio e Industrias y la promoción de los pequeños empresarios – las inversiones se pierden antes de llegar a su destino. Las concesiones que hace el gobierno a hidroeléctricas, mineras, puertos y casinos están generando ganancias extraordinarias para unos pocos inversionistas sin darle beneficio alguno al país.  En el caso de la minera de cobre, la corrupción se ha extendido a la burocracia del empobrecido Distrito de Donoso que ha creado una pequeña elite que cuenta con toda clase de beneficios en detrimento de la población.
Según cálculos hechos sobre la base del indicador llamado producto interno bruto (PIB), las subvenciones que se hacen a los empresarios son de 5 mil millones de dólares. Esta cifra se compara muy favorablemente a los 500 millones de dólares que gasta el gobierno en subvenciones para los sectores más empobrecidos del país. El gobierno anunció que en 2017 tendrá un presupuesto que supera los 21 mil millones de dólares. Gran parte de estos gastos se realizarán para pagar la deuda, tanto interna como externa.
No hay que olvidarse que el presupuesto nacional se ‘arma’ en una oficina muy privada en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) donde sólo tienen acceso los asesores más cercanos del Presidente de la República y los funcionarios del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.  La Embajada de EEUU también envía sus observadores para proteger sus intereses.
Estos últimos son los más interesados en asegurar que el presupuesto incluya renglones dedicados a la compra de equipos militares y entrenamiento.  Todos los años los gastos militares crecen y la militarización del país (que no tiene ‘Ejército’) aumenta. La vieja excusa de la necesidad de defender las fronteras y el extenso litoral, se vino abajo con la crisis creada por los ‘transeúntes’ que cruzan las porosas fronteras con Colombia y Costa Rica.
La pregunta es si el barco gubernamental está haciendo agua y pronto se hundirá. Aunque pareciera ser el caso, todo indica que mientras más corrupción más se consolida el gobierno y sus estructuras. Algo parecido ocurrió con los gobiernos anteriores (1989-2014). La corrupción se eleva a alturas no vistas anteriormente. A pesar de su podredumbre, los partidos que los sostienen llegan a las siguientes elecciones optimistas, seguros de su triunfo. Las urnas, sin embargo, les dan un mensaje distinto.  Le toca a otra fracción de quienes son dueños del país llegar a gobernar. ¿Hasta cuándo puede durar este juego?
La propuesta más reciente, que no es original, es la privatización de la Lotería Nacional de Beneficencia.  Como dice su nombre, es una institución creada hace 100 años (1914) para recaudar fondos en beneficio de los sectores de la población más necesitados.  Los ingresos anuales de la Lotería superan los 100 millones de dólares, sin incluir los enormes recursos que genera y que no llegan al Tesoro Nacional. 
El embajador Olimpo Saez señala que la reforma a la ley de la Lotería perjudicaría al país y debe ser rechazada. Según el artículo Segundo A de la reforma la institución daría en concesión a empresarios “la explotación  de cualquier juego similar  a la lotería, de forma directa o indirecta a través de la contratación de personas jurídicas o naturales dedicadas a la actividad o en régimen  de operación compartida”. Los 100 millones de dólares que ingresan actualmente se reducirían significativamente para dar lugar a los pagos que se harían (a si mismas) las empresas concesionarias.

25 de agosto de 2016.

Thursday, August 18, 2016

EEUU: Las guerras sin fin

La campaña electoral en EEUU ha tomado un curso pocas veces – quizás nunca – vista en el pasado. Los dos grandes partidos políticos, el Demócrata –fundado a principios del siglo XIX – y el Republicano – a mediados del decimonono – se han colocado en posiciones políticas sin salida. Por un lado, Donald Trump, el especulador de Nueva York, se tomó el ‘Partido de Lincoln’ mientras que las elites (el ‘establishment’) jugaban con evangélicos, conservadores y una masa de trabajadores frustrados que terminaron dándole vuelta a la mesa.

El Partido Demócrata se contentó con presentar a la señora Hillary de Clinton como sucesora y continuadora del presidente Barack Obama. El poder financiero que controla la maquinaria del partido de FDR (Franklin Delano Roosevelt) al mejor estilo de la política mexicana del “gallo tapado” pretendió correr toda la distancia con su candidata imbatible. Las bases de su partido se rebelaron y se volcaron a favor de un viejo socialista quien presentó su candidatura a la Casa Blanca sin mayores pretensiones.
El ‘viejo’ senador Bernie Sanders hizo una campaña ‘esquizofrénica’ que le dio espléndidos resultados. Por un lado, atacó a los amigos de Hilary, dueños de Wall Street acusándolos de ser el 1 por ciento de los ricos que quieren acabar con la clase media y con el país. Su discurso se prendió a lo largo y ancho de EEUU y no pudo ser apagado, a pesar de los millones que invertía la cúpula agazapada en los bancos más grandes de Nueva York.
Por el otro, sin embargo, Sanders no atacó el flanco más débil de la ‘Secretaria de Estado’. Su falta de credibilidad y mensajes monótonos no fueron objeto de críticas por parte del candidato de la ‘izquierda’. Esta tarea la asumió el Partido Republicano y su candidato Donald Trump. Hillary tiene un largo historial desde cuando su esposo era el gobernador de Arkansas (en la década de 1980), después Presidente de EEUU (década de 1990) y cuando ella ganó un escaño senatorial a principios del siglo y renunció para ser la Secretaria de Estado de Obama. Un total de 30 años políticos escabrosos y llenos de problemas.
Trump no sólo le saca sus trapos sucios, acusándola de promover la pérdida de empleos y los tratados comerciales que exportan puestos de trabajo. También la coloca a la cabeza del grupo de ‘halcones’ liberales de Washington. La asocia a las guerras en el Medio Oriente, las amenazas a Rusia y el cerco contra China. Trump ha demostrado que Hillary es la peor candidata a la Presidencia de EEUU que pudo haber seleccionado la elite financiera del Partido Demócrata. Lo único que la salva es que Trump es aún peor. Desde la década de 1960 (Barry Goldwater), el Partido Republicano no ha tenido un peor candidato.
Trump ha alienado a vastos sectores del electorado norteamericano. Comenzando con los inmigrantes mexicanos, los negros, los musulmanes e, incluso, las mujeres. Según Hilary, el magnate de los casinos favorecería a los ricos con reformas tributarias y les daría contratos petroleros, minerales y forestales que destruirían el ambiente. La exprimera dama alega que Trump no tiene experiencia en política internacional y representaría un ‘peligro’ si llegara a tener las claves para desatar una guerra nuclear.
El problema que enfrenta el mundo actual es que ambos tienen razón. Hilary es asesorada por los ‘halcones’ más decididos a desestabilizar o a declararle la guerra a cualquier país que no se someta. Pareciera que en su orden del día está contener a China, arruinar a Rusia y, de paso, declarar las guerras necesarias para subyugar al resto del planeta.
Trump puede ser menos sofisticado pero sus objetivos son muy parecidos. Mientras que Wall Street y Hilary juegan a escala global, Trump tiene una visión más vinculada a la economía de EEUU. Sus enemigos son México y China que, en su opinión, juegan según las reglas de la banca financiera anglo-norteamericana. El discurso cae muy bien en los sectores más golpeados y frustrados en EEUU por la recesión económica casi permanente.
Este análisis, que no ha mencionado nombres propios, será ampliado en el XV Congreso Nacional de Sociología que se efectuará en la Universidad de Panamá la próxima semana. Los organizadores tendrán una mesa especial dedicada a EEUU y las aparentes guerras sin fin que ambos candidatos le prometen a sus electores. ¿Qué impacto tendrá esta política sobre Panamá y América latina?

18 de agosto de 2016.

Thursday, August 11, 2016

Transparencia y democracia en Panamá


En Panamá, la clase dominante, los partidos políticos y los medios de comunicación reducen la democracia a las elecciones que se realizan cada cinco años desde hace más de 3 décadas. Hay que aclarar que los partidos políticos inscritos y los medios de comunicación de circulación masiva son propiedad de la clase dominante. La democracia, entonces, queda reducida a la libertad de expresión de este pequeño segmento de la sociedad panameña. 
Igualmente, la transparencia (en el lenguaje de los políticos) se refiere al hecho que todos los actos públicos deben ser de conocimiento exclusivo del círculo que conforma la clase dominante. Es parte de la fórmula clásica que se refiere al mercado libre. Para que ésta exista, todos los que participan deben estar plenamente informados de ‘la oferta y la demanda’. Este juego que debe desenvolverse sobre un terreno equitativo, donde todos conocen las reglas, no se aplica a escala mundial y menos en el caso de Panamá.
Un ejemplo reciente es la renuncia del renombrado economista Joseph Stiglitz de la Comisión Independiente de Expertos (creada por el gobierno panameño) quien pretendía destapar la falta de transparencia en las prácticas financieras del centro bancario y otras operaciones. Lo que se quiere tapar, según los comisionados, va desde el lavado de dinero hasta “los círculos de prostitución infantil”. La salida de Stiglitz no extraña. Lo que sí fue muy raro fue su selección para formar parte de la Comisión. El premio Nóbel de Economía, en realidad, está más interesado en conocer las irregularidades del sistema financiero norteamericano y los ‘paraísos fiscales’ que operan en ese país.
Los problemas endémicos de Panamá en torno a su raquítica democracia y falta de transparencia serán objeto de análisis en el XV Congreso Nacional de Sociología que se realizará en la Universidad de Panamá del 24 al 26 de agosto. En la inauguración, han sido invitados para disertar el presidente de Transparencia Internacional (Capítulo Panamá), Carlos Gasnell, hijo, el sociólogo Enoch Adames, del Programa FLACSO Panamá, y la diputada Ana Matilde Gómez. Cada uno de ellos abordará el tema central del Congreso, “Transparencia y democracia en Panamá en el siglo XXI”, desde una perspectiva diferente. La pregunta no es si el sistema montado después de la invasión militar norteamericana colapsó. Más bien, la interrogante es qué transformaciones son necesarias para que se pueda encaminar el país hacia una democracia que goce de transparencia.
El Congreso también contará con mesas de trabajo que enfocarán la crisis política de Panamá. El profesor Roberto Arosemena J. propondrá “una fórmula para detener la corrupción y exigir rendición de cuentas. El ciudadano es el custodio y el garante del buen gobierno. En esto consiste el salto de la democracia representativa a la participativa”. Desde una perspectiva de la juventud panameña, el estudiante de Sociología, Mario de León, planteará que en los últimos lustros de “post- invasión”, quienes manejan el discurso que auguraba el inicio de la democracia y la participación de todos, ha visto como “la juventud se ha distanciado de ese discurso y de la participación que se predicaba”.
En otra mesa, la profesora Briseida Allard analizará el escándalo de los ‘papeles’ de Mossack-Fonseca y su impacto sobre el sistema político panameño. En la mesa sobre participación política, el antropólogo, Francisco Herrerra, enfrentará lo que llama “los procesos de aculturación” de los pueblos indígenas que contribuyen a “la pérdida de identidad cultural e histórica”. El sociólogo Harry Brown descompondrá los resultados electorales de 2014 y describirá sus resultados. Según este estudioso, “el análisis de la fragmentación del voto, de la transferencia de los votos y la competitividad de las elecciones, (permite) concluir que el sistema de partidos panameño ha perfeccionado su re-alineamiento”.
Desde Cracovia, el papa Francisco envió a los sociólogos y a todos los panameños un mensaje pensando en el futuro político. A los jóvenes del mundo, les dijo que para pensar en el futuro, hay que “tener memoria... Hay que preguntarse de dónde vengo, (tener) memoria de mi pueblo, de mi familia, de toda mi historia”. . Si el joven “es esperanza para el futuro y tiene memoria del pasado, ¿qué tiene que hacer en el presente? Tener coraje. Ser valientes. No asustarse”. El papa concluyó diciendo que “no sé si voy a estar en Panamá (en 2019), pero si sé que les vamos a preguntar si hablaron con los abuelos”.

11 de agosto de 2016.

Thursday, August 4, 2016

Los sociólogos reconocen los derechos de la naturaleza


Los informes sobre el calentamiento global se apilan sobre los escritorios de presidentes y asesores quienes no levantan un dedo para leerlos o ponerlos en práctica. En la ONU se firman tratados para defender el futuro de nuestras vidas, en el marco de la naturaleza que cada día se hace menos habitable.
Este tema atrae mucha atención. El XV Congreso Nacional de Sociología no es la excepción. El encuentro – del 24 al 26 de agosto en la Universidad de Panamá – tendrá 8 mesas y 23 ponencias dedicadas a los ataques que sufre el ambiente en todo el planeta. Casi todas las ponencias se refieren a la realidad panameña y la falta de un instrumento que permita a todos los panameños contribuir a detener el deterioro y destrucción de la naturaleza. Al contrario, las leyes que salen de la Asamblea de Diputados y las políticas públicas del Ejecutivo estimulan las inversiones (nacionales y extranjeras) para destruir las comunidades, los ríos, los bosques, las playas, los mares y el aire, entre otros.
En una de las mesas, el sociólogo Florencio Díaz, presentará un mapa de los conflictos sociales generados por la ofensiva de los inversionistas contra la naturaleza y, de paso, contra las comunidades en todo el país. En la misma mesa, otro sociólogo, Jesús Alemancia, analizará los aportes negativos de la minería en Panamá. No existen en Panamá instancias que controlan la actividad minera (especialmente de la gran minería) y las regulaciones son letra muerta.
La socióloga Nilva Góngora coordina una mesa del Congreso que se hace la pregunta: ¿Tiene derechos la naturaleza?  Ha llegado el momento (estamos bien atrasados en esta materia) para definir el país que quieren los panameños. El mismo no excluye, obviamente, la naturaleza. Según un ponente que participará en el Congreso, Richard Morales, “revertir esta situación implica asumir un nuevo paradigma de la política, dónde reconozcamos la condición de sujeto de la naturaleza y, por ende, sujeto de derechos”.
La mesa sobre “Ambiente y ordenamiento territorial” nos acerca a los conflictos creados por los gobiernos que utilizan la legislación para despojar a los sectores sociales más débiles de sus viviendas y de sus tierras. Es el caso de la populosa comunidad de Juan Díaz, en el extremo oriente de la ciudad de Panamá, que poco a poco es empujada al exterminio por grandes capitales que, a su vez, están destruyendo el manglar que durante siglos ha protegido a la ciudad de Panamá. Igualmente, el Congreso abordará la destrucción de los bosques en una ponencia de Carlos Gómez. 
El XV Congreso de los sociólogos panameños también examinará la experiencia de los últimos 40 años en las llamadas áreas revertidas. Las comunidades de la antigua Zona del Canal eran consideradas por los especialistas como ‘ciudades jardines’. En papel los políticos y empresarios prometían conservar ese ambiente. En realidad, sin embargo, la corrupción y el desgreño administrativo han acabado con aquellos planes que fueron sueños que se esfumaron. En la mesa coordinada por la socióloga Amelia Sanjur, se analizarán las experiencias de 40 años “de luchas, acciones de protesta, propuestas de los ciudadanos en la toma de decisiones y gestión sobre el ambiente en las áreas revertidas”. La economista Charlotte Elton dice que “las luchas aseguran el funcionamiento de la vía acuática así como la calidad de vida de toda la población urbana de la región interoceánica”.
Aunque los gobiernos panameños no definen una política ambiental que promueva el turismo, la Universidad de Panamá tiene dos escuelas de turismo. El profesor Fernando Aparicio coordina un grupo de cuatro estudiantes con sus ponencias para desarrollar un turismo histórico. La primera versa sobre la Feria de Azuero, seguida por una ponencia sobre la fiesta religiosa de Corpus Cristi y dos más sobre las actividades artesanales de La Arena y Mariabé, respectivamente.
Lo que se enseña en la Universidad contrasta con el turismo sexual que actualmente permiten las autoridades panameñas. Según la lógica económica de algunos funcionarios, el sexo, los casinos y las drogas son mejores atractivos turísticos que nuestra cultura, nuestras playas (secuestradas) e, incluso, del Canal de Panamá. Concepción peligrosa y antinacional.
El Congreso analizará a fondo las políticas que perjudican a las futuras generaciones para favorecer unos pocos especuladores. El evento contará con 40 mesas de trabajo y 120 ponencias. El público en general está invitado para participar en todas las actividades programadas.
4 de agosto de 2016.