Todo indica que las negociaciones entre Cuba y EEUU – iniciadas hace más de un año - en torno al futuro de las relaciones entre ambos países son difíciles y, además, insertas en un contexto muy ‘duro’. Washington quiere romper con el pasado anquilosado e inútil que representa su posición ofensiva frente a la isla caribeña. A su vez, La Habana no puede continuar su política heroica de más de 50 años de enfrentamiento con su vecino del norte. Están buscando un acuerdo satisfactorio para los dos países. ¿Estará EEUU en condiciones de negociar honestamente con Cuba?
Tanto Cuba como EEUU quieren continuar sus políticas pero
utilizando otros instrumentos o tácticas. EEUU está decidida a seguir su
estrategia hacia Cuba de ‘cambio de régimen’ pero reemplazando la política
fracasada de ‘enfrentamiento’ por otra más ‘diplomática’. Igualmente, La Habana
quiere poner fin al bloqueo norteamericano que ahoga sus intentos de avanzar
económicamente pero sin abandonar lo que entiende por socialismo (bienestar
social, equidad y oportunidades para todos los cubanos).
El presidente Barak Obama visitará La Habana con una agenda
muy concreta que ha sido previamente discutida con el presidente Raúl Castro.
No se espera algo nuevo. Más bien se harán declaraciones que son el resultado
de las negociaciones realizadas en ambas capitales durante 2015 y 2016. Las
declaraciones no sorprenderán a los observadores, pero si permitirán ver que se
ha avanzado.
En primer lugar, Cuba demanda y EEUU acepta que es urgente
poner fin al bloqueo que ya cumplió más de medio siglo. Rodrigo Malmierca,
ministro de Comercio Exterior de Cuba declaró recientemente “la necesidad de que el presidente
Obama use todas las prerrogativas ejecutivas para desmantelarlo”. Según el
secretario de Seguridad de la Casa Blanca, Ben Rhodes, la posición de EEUU “es que el embargo debe levantarse. Por lo pronto,
queremos considerar otros aspectos donde podamos abrir espacios que en
definitiva beneficien al pueblo cubano”. ¿Cuáles son esos espacios? ¿Un cambio
de régimen?
Segundo, hay que normalizar los viajes entre ambos países.
En este punto Washington es muy ambivalente. Impide los viajes de cubanos a
EEUU y condiciona los viajes de norteamericanos a Cuba. Según Rhodes, la administración de Obama sólo permitirá
viajes a “los norteamericanos que deseen viajar a Cuba para vincularse con el
pueblo cubano o para las personas de negocios de EEUU que quieren ayudar a los
cubanos común y corrientes”. La declaración está en abierta contradicción con
la larga lista de corporaciones monopolistas norteamericanas que están a la
espera de un cambio de política en Washington para invertir en Cuba.
Tercero, hay que poner fin a la presencia militar de EEUU en
la bahía de Guantánamo. La Habana privilegia el tema de la base militar en
Guantánamo. Según el periodista August Arnold, “esta demanda es un símbolo de orgullo y dignidad nacional.
Constituye un obstáculo para la normalización de las relaciones entre Cuba y
EEUU”. En cambio para EEUU, según Rhodes, “(los
cubanos) insisten en que nuestra presencia allí no es legítima y que las
instalaciones deben ser devueltas. Pero eso no está sobre el tapete como parte
de nuestras conversaciones. Este es un tema que continúa siendo preocupante
para ellos”. Todo indica que Washington quiere ignorar un punto que es esencial
para los cubanos.
Cuarto, hay que suprimir la ley de ajuste de Washington que estimula la migración ilegal de cubanos a EEUU. La legislación crea obstáculos y genera situaciones irregulares que perjudican a los cubanos en todo el mundo. Sobre este punto, Rhodes aseguró que Obama no lo tratará en La Habana. “No estamos tratando de hacer cambios con respecto a la política migratoria. Nuestro enfoque es cómo pueden mejorar las condiciones en Cuba para que, con el tiempo, haya mayor oportunidad económica y menos necesidad de que los cubanos tengan que viajar al exterior”.
Cuarto, hay que suprimir la ley de ajuste de Washington que estimula la migración ilegal de cubanos a EEUU. La legislación crea obstáculos y genera situaciones irregulares que perjudican a los cubanos en todo el mundo. Sobre este punto, Rhodes aseguró que Obama no lo tratará en La Habana. “No estamos tratando de hacer cambios con respecto a la política migratoria. Nuestro enfoque es cómo pueden mejorar las condiciones en Cuba para que, con el tiempo, haya mayor oportunidad económica y menos necesidad de que los cubanos tengan que viajar al exterior”.
Obama encabeza una delegación de ejecutivos de corporaciones
que quieren invertir en Cuba en áreas de poco beneficio para el desarrollo de
la isla: hoteles, playas y clubes nocturnos. En cambio, el gobierno en La
Habana busca relaciones en áreas de comercio agropecuario, salud y tecnología.
Para muchos la visita de Obama a La Habana es un paso más hacia la
normalización de las relaciones. El nuevo escenario podría dar lugar a una
economía más heterodoxa que estimule el desarrollo de la isla. Según las
declaraciones de Rhodes, esto no es lo que quiere Washington.
17 de marzo de 2016.
17 de marzo de 2016.
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