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Thursday, January 28, 2016

La descomposición del sistema político panameño


La crisis de la Corte Suprema de Justicia refleja una profunda descomposición del actual sistema político panameño que se estructuró después de la invasión militar de EEUU a Panamá en 1989. El gobierno militar panameño (1968-1989), que sostenía una precaria alianza entre una burguesía industrial y sectores de la clase obrera organizada, se hizo añicos tras la ocupación militar del país por EEUU. En su lugar, se levantó un régimen oligárquico con los partidos tradicionales ocupando el sillón presidencial, los escaños de la Asamblea de Diputados y las magistraturas de la Corte Suprema. Durante los últimos 25 años se aplicaron políticas neoliberales y creció la influencia del capital financiero. La llamada ‘burguesía nacional’ se desmoronó y la clase obrera perdió la  influencia alcanzada a mediados del siglo XX.
La consigna que levantan algunos sectores para convocar a una Asamblea constituyente en Panamá se remonta a la década de 1980. En aquella época era un grito de las fuerzas políticas anti-militares y anti-‘populistas’. En los últimos 25 años ha crecido y extendido a otros sectores de la sociedad. En la actualidad, la carta magna se parece a un parche debido a las numerosas reformas que ha experimentando.
En 2014, el actual presidente de la Republica, Juan C. Varela, prometió una ‘Asamblea constituyente’. En 2015 - desde el poder –dio un paso atrás y anunció que no era el mejor momento para hacer realidad la promesa. Obviamente, una convocatoria lo dejaría a él y a su partido Panameñista en una extrema minoría convirtiéndose en títere de los partidos de oposición y sus intereses económicos.
En 2015, el gobierno del presidente Varela promovió las investigaciones contra los colaboradores de su predecesor, Ricardo Martinelli, por los abusos de corrupción y el asalto al Tesoro Nacional. El mismo Martinelli es, actualmente, investigado por la Corte Suprema de Justicia. Este detalle complica el escenario creado por los escándalos surgidos dentro de la Corte por los magistrados que están enfrascados en una lucha por el poder.
Todos los sectores hacen propuestas sobre las reformas que necesita la Constitución. La mayoría hace propuestas puntuales. Lo que hace falta es definir que país queremos los panameños para entonces discutir que ordenamiento constitucional es el más adecuado para alcanzar ese objetivo.
Panamá es un país muy dividido y existen varios proyectos de país. Actualmente, el que tiene el poder considera que Panamá es un país ‘pro mundo beneficio’. Consigna concebida por los próceres, Bunau-Varilla y aprobada por Washington. Es la visión de los rentistas y sus partidos políticos representados en la actual Asamblea Nacional. El pueblo rechaza esta noción que ha predominado, con interrupciones, por casi 200 años. Hay una mayoría que todavía no está lo suficientemente organizada para imponer el proyecto de Nación, incluyente y democrático (que ponga fin al régimen oligarca, sus políticas neoliberales y corrupción rampante).
Las políticas neoliberales impuestas en Panamá han debilitado a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo, en general. En 1999, después de una lucha de décadas, Panamá se encargó de la administración del Canal de Panamá. Los ingresos anuales del Canal, que representan 2.5 mil millones de dólares, le ha dado a la clase rentista (oligarquía) mucho poder para corromper el tejido social del país.  En vez de invertir en el sector productivo para generar riqueza y una clase trabajadora próspera, los rentistas invierten en actividades especulativas que sólo benefician a una pequeña elite de empresarios, quienes junto con los rentistas, monopolizan el poder político.
El pueblo tiene que seguir luchando por hacer realidad la ‘soberanía’ que expulsó a EEUU del país. En esta etapa, la lucha del pueblo consiste en desplazar a los rentistas de sus posiciones hegemónicas y recuperar la posición geográfica del país y el Canal para ponerlo al servicio de un plan de desarrollo nacional.
En mi libro La democracia en Panamá (1998) escrito cuando el país era ocupado militarmente por EEUU, hablamos de una democracia ‘restringida’. En la actualidad, EEUU sigue presente política y militarmente, con una oligarquía gobernante. Panamá tiene una democracia ‘restringida y oligarca’.
La coyuntura ha hecho que muchos sectores sociales exijan una Constituyente. No hay que olvidarse, sin embargo, que el problema de fondo es la descomposición del actual sistema político panameño. La podredumbre de la Corte Suprema de Justicia y la urgencia de una Constituyente son productos de la descomposición del sistema político actual.

28 de enero de 2016.

Thursday, January 21, 2016

Wikileaks a la carga contra el imperio


Hace apenas un lustro las filtraciones que hizo Wikileaks del intercambio de correos electrónicos del gobierno norteamericano con sus embajadas en el mundo provocaron uno de los escándalos más grandes de la historia. El director de la operación -  Julian Assange - se encuentra aún asilado en la embajada de Ecuador en Londres donde el largo brazo represivo de Washington lo tiene privado de libertad. Acaba de aparecer el libro "The WikiLeaks Files: The World According to U.S. Empire" revelan la habitual mecánica de intervención política de EEUU en América Latina. Los autores del libro – Alexander Main y Dan Beeton – demuestran como EEUU apoya a la derecha política, a pesar de ser violentos y anti-democráticos. Según los autores “los cables dibujan una imagen viva de la mentalidad ideológica de Guerra Fría de los altos emisarios de EEUU y muestran cómo éstos usan medidas coercitivas”.
En el caso de Panamá, Wikileaks hizo públicos los correos electrónicos que enviaba la embajadora de EEUU al Departamento de Estado en 2010 solicitando consejos de cómo enfrentar al entonces presidente Ricardo Martinelli quien quería utilizar el equipo de escuchas de la Embajada para espiar a la oposición política. 
El libro de Main y Beeton se concentra en los correos electrónicos enviados por los diplomáticos (espías) en las embajadas de EEUU en Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Haití y Venezuela. En el caso de Bolivia, apenas dos días después de su toma de posesión, el presidente Morales recibió una visita del embajador David Greenlee. El embajador fue directamente al grano: la asistencia multilateral a Bolivia supervisada por EEUU dependería del buen comportamiento de su gobierno. 
Según el correo enviado y filtrado, “el embajador mostró la crucial importancia de las contribuciones de EEUU a las financieras [sic] internacionales claves. Cuando piense en el BID, debe pensar en EEUU. Esto no es un chantaje, es la simple realidad. Espero que usted, como presidente de Bolivia, comprenda la importancia de esto”.
Los métodos empleados en Bolivia se reprodujeron en Nicaragua. Tras el retorno de los sandinistas al poder, la embajada de EEUU en Managua se reforzó el apoyo al partido de la oposición de derecha, Alianza Liberal Nicaragüense (ALN).
En febrero de 2007, la embajada se reunió con la directora de organización de la ALN y le sugirió que la ALN coordinara con organizaciones no gubernamentales (ONG) amigas que pudieran recibir fondos de EEUU.
La líder de la ALN dijo que “remitiría una lista completa de las ONG que apoyan a su organización”. La embajada organizó “las reuniones con los directores del IRI [International Republican Institute] y con el NDI [National Democratic Institute for International Affairs]”. 
En el caso de Ecuador, un correo enviado por la embajada señalaba que había “advertido a nuestros contactos sobre la amenaza que representa (el presidente) Correa y había desaconsejado alianzas políticas que pudiesen dar estabilidad al radicalismo percibido en Correa”. Después de la elección de Correa, la embajada mandó un correo al Departamento de Estado diciendo que “esperamos maximizar nuestra influencia trabajando en concierto con otros ecuatorianos y grupos que comparten nuestra visión”. 
En Haití, la embajada trabajó en estrecha colaboración con grandes empresas petroleras para impedir que el gobierno de René Préval se uniera a PetroCaribe, a pesar de reconocer que "ahorraría 100 millones de dólares estadounidenses por año", como informó “The Nation”.
En abril de 2006, la embajadora Sanderson escribió: "Continuaremos presionando al presidente Préval en contra de unirse a PetroCaribe. El presidente Préval conoce nuestras preocupaciones y es consciente de que un acuerdo con Chávez podría causarle problemas con nosotros".
Los correos filtrados de Wikileaks desde 2004 denunciaban los planes de Washington en Venezuela. En agosto de 2009, un cable secreto cita a un contratista de la AID/OTI, Eduardo Fernández, diciendo que "las calles están calientes", en referencia a las protestas, y "toda la gente (que organiza las protestas) son nuestros financiados". 
Un correo también revela que en 2002 el dirigente estudiantil Nixon Moreno lideró un grupo que intentó linchar al gobernador del Estado de Mérida. En 2004 otro correo afirma que el mismo "Moreno participó en el Programa de Visitantes Internacionales”, del Departamento de Estado en Washington. Moreno sería buscado más tarde por intento de asesinato y por amenazar a una agente de policía, entre otros cargos.
Assange espera recuperar su libertad este año, gracias a las gestiones de Ecuador. Continuará trabajando filtrando los correos del gobierno de EEUU. 

21 de enero de 2016.

Friday, January 15, 2016

Otro “escándalo” en el Canal de Panamá, según el FPS

La frustrante aparición del administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) en la Asamblea de Diputados trajo a la memoria las explicaciones que el conde Delesseps le daba a la República francesa por la aparatosa quiebra de la compañía constructora de la vía acuática en el Istmo a fines del siglo XIX. Fue calificada como un "escándalo". En Francia la palabra Panamá todavía en el siglo XXI es sinónimo de escándalo. 
El Frente Panamá Soberana (FPS) calificó en un comunicado como "escandalosos" los atrasos, sobreprecios y desgreño administrativo que está sufriendo la ampliación del Canal de Panamá. Culpa al consorcio europeo encargada de la construcción, así como a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y al gobierno nacional de la peligrosa encrucijada en que se encuentra la obra. 
Señala que "sólo si ocurriera algo inesperado, el proyecto de ampliación será recordado como otro gran escándalo que involucra al gobierno, la elite empresarial panameña e intereses extranjeros". Continúa diciendo que "el pueblo panameño y las futuras generaciones serán los grandes perjudicados". La propuesta de ampliación del Canal – construcción de un tercer juego de esclusas con mayor capacidad que las existentes – fue presentada por el presidente Martín Torrijos en 2006. La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) aseguró que el Canal ampliado le rendiría al país enormes beneficios.
Sin embargo, dice el FPS, "han pasado casi 10 años y el país está todavía enfrascado en un debate sobre las bondades del proyecto presentado. Por un lado, todos los defectos previstos están saliendo a flote. Por el otro, la corrupción de las empresas involucradas e intereses especulativos locales, han aparecido en el corazón del proyecto". En 2006 el Frente Panamá Soberana (FPS) realizó un esfuerzo extraordinario para analizar la propuesta de la ACP y del presidente Martín Torrijos. El resultado del estudio que efectuó arrojó como resultado serias deficiencias e inconsistencias en la propuesta. Incluso, "el FPS recomendó que se rechazara ese proyecto de ampliación del Canal de Panamá. No fuimos los únicos. Desde diferentes sectores de la sociedad panameña surgieron dudas sobre la propuesta".
El FPS reúne a diferentes organizaciones que en 1997 nació al calor de la oposición popular que surgió en contra del proyecto de un Centro Multilateral Anti-drogas (CMA). La propuesta pretendía extender la presencia militar norteamericana en la salida sur del Canal de Panamá de manera indefinida.
El comunicado recuerda que desde un principio la propuesta de ampliación del Canal tenía defectos. "Desde el punto de vista ambiental y de ingeniería, la propuesta de ampliación tenía inconsistencias que ponen en peligro la seguridad del mismo proyecto". 
El gobierno está planteando ahora el problema del agua. El comunicado del FPS señala que "la ampliación del Canal necesita nuevas fuentes de agua que no fueron incorporados al documento aprobado (originalmente). Hay indicios, sin embargo, que la ACP y el gobierno sabían que el proyecto de ampliación necesitaría más agua y no fue incluida por razones políticas. A su vez, aún no hay seguridad alguna que el proyecto presentado para construir el tercer juego de esclusas no contaminará las aguas de los ríos y lagos que alimenta el complejo del Canal". A su vez, el FPS "denunció en forma oportuna la dificultad que representa introducir los barcos pos-Panamax a las nuevas esclusas mediante el uso de los remolcadores".
El desgreño administrativo y la aparente pugna de intereses dentro de los tres gobiernos que Panamá ha tenido desde 2006 y de la ACP, hace que "los panameños nos enfrentamos, en la actualidad, a las maniobras financieras de las empresas contratadas para construir el tercer juego de esclusas. La ACP le ha permitido a un consorcio europeo abusar del fisco panameño y hacer demandas desmedidas de sus recursos en abierto desafío de las leyes y contratos celebrados entre las partes". El FPS recuerda que el costo de "la construcción del tercer juego de esclusas fue presupuestado en 3.2 mil millones de dólares. A principios de 2016, con el 94 por ciento de la obra completada, el consorcio europeo ha recibido de la ACP casi 4 mil millones de dólares. Además, está exigiendo otros 2.5 mil millones de dólares en supuestos “sobrecostos”. Las demandas del consorcio son inadmisibles y deben ser rechazadas por el pueblo y el gobierno panameños". 
El FPS apunta al problema principal que tiene Panamá en estos momentos: "Las fallas de la ACP deben ser objeto de un análisis profundo por las fuerzas sociales del país e, igualmente, por parte del gobierno. Pero no sólo corresponde oponernos a estas demandas. Es necesario redefinir el proyecto de ampliación del Canal y presentar una propuesta que ponga el desarrollo del país como objetivo central de esta inversión enorme que se ha realizado". 
El comunicado concluye planteando que "las generaciones que lucharon y dieron sus vidas por rescatar la soberanía del país – 1947, 1959 y 1964 – no lo hicieron para que esta generación de 2016 la entregara a una pequeña elite de malos panameños y sus socios extranjeros. Todos los recursos del Canal de Panamá tienen que estar al servicio del engrandecimiento del país y de su pueblo". 
14 de enero de 2016.


Thursday, January 7, 2016

Varela anuncia ‘Plan Estratégico Nacional’


 Este es el primer artículo que incluimos en el blog correspondiente a 2016. Quienes quieren ver los artículos de 2015 o de años anteriores pueden buscarlos en los blogs anuales correspondientes.
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El presidente Juan C. Varela anunció un “Plan Estratégico Nacional con Visión de Estado: Panamá 2030” en su Mensaje anual pronunciado en la Asamblea de Diputados. El título de la propuesta es sofisticado y complejo. Varela lo reconoció de una vez al no intentar explicar lo que implica el ‘plan estratégico’. Lo echó al ruedo al final de un discurso que duró una hora en cadena de televisión.

El resto del discurso de Varela pareció el menú del algún restaurant de comida rápida. Aún peor el presidente se dirigió al país sin entusiasmo y con indiferencia. En vez de encabezar su discurso con la propuesta de un plan estratégico, desplegó seis puntos que no articuló: Descentralización, blanqueo de ilícitos, compensaciones a las víctimas de envenenamientos, ambiente, el Programa de Techos de Esperanza y Colón puerto libre.
Después planteo seis interrogantes para lo cual no tenía respuestas. Se refirió al crimen organizado y su vínculo con el tráfico de drogas sin presentar novedad y repitiendo lo que aparece en los folletos de las agencias norteamericanas que promueven la ‘Guerra contra las Drogas’. Reconoció que los sectores de la educación y de la salud habían colapsado y prometió que su gobierno construiría algunos centros para atender a la población. Propuesta sin visión para 2016, mucho menos para 2030.
En torno a la ampliación del Canal de Panamá, anunció que ‘alrededor’ de mayo del presente año estaría inaugurando la obra. Agregó que habría fiesta pero que los barcos no pasarían por las esclusas sino en una fecha no determinada en el futuro. Sacaría la lección del libro de la presidente Moscoso que inauguró el Puente Centenario en 2004 sin que tuviera las vías de acceso. En materia de políticas extractivas mencionó una propuesta de reforestación que no cuenta con financiamiento y menos con alguna visión de futuro. Igualmente, el gobierno está permitiendo que una empresa minera pase por encima de la ley y de la Constitución acabando con el ambiente (comunidades, ríos, tierra, bosques, atmósfera) en Petaquilla.
Varela se refirió al problema del agro que se declaró en quiebra después de la firma del Tratado de Comercio Libre con EEUU. Panamá era autosuficiente en sus necesidades alimenticias pero sus políticas públicas han arruinado el sector agrícola y, en la actualidad, los productores más afortunados (grandes) se han convertido en importadores con cuotas concedidas por los gobernantes. Las pocas familias trabajadoras del interior se están viendo obligadas a migrar a las ciudades (especialmente a las afueras de la ciudad capital) y a las pocas zonas ‘fronterizas’ que quedan en el país.
Los gobiernos que han llegado al poder después de la invasión militar norteamericana de 1989, han desarrollado políticas dirigidas a quebrar los programas de la Caja del Seguro Social (CSS). El programa de Invalidez, Vejez que atiende las pensiones de los trabajadores ha sido especialmente vulnerable ante los embates de los especuladores atrincherados en la banca y en las aseguradoras privadas. El presidente Varela pareciera tener en mente el fin del programa pero de una manera que sea lo menos doloroso posible.
Su visión de la CSS para 2030 – que no presentó en su discurso - es una institución reducida a su mínima expresión con un programa de Invalidez, Vejez que sólo atienda a los que tengan ingresos inferiores a $800. A su vez, que su Programa de Salud esté integrada al Ministerio de Salud. En unas declaraciones improvisadas, Varela aseguró que estudiaría la crisis institucional de la seguridad social después de terminada la ampliación del Canal. Pretende que parte de los ingresos provenientes de los peajes del Canal sean desviados a los intereses de la banca y de las aseguradoras que atenderían las necesidades de los trabajadores.
Hace seis meses el presidente Varela anunció con pompa y circunstancia que no era el momento para hablar de una asamblea constituyente tal como había prometido durante su campaña electoral. En la Asamblea de los 71 diputados – que mostraban menos entusiasmo que el presidente de la República para cumplir con la ceremonia – no hizo mención de la constituyente. ¿Qué piensa el presidente sobre una nueva Constitución Política? ¿Relaciona una nueva Constitución con el “Plan Estratégico Nacional con Visión de Estado: Panamá 2030” que anunciara?
Varela y su partido tienen que decir cual es su proyecto de Nación. La oportunidad no la aprovechó el presidente en su Mensaje a los panameños.
7 de enero de 2016.